En las entradas anteriores hemos dibujado el cruce temporal entre el despliegue de los estándares BIM y la emergencia de soluciones en la nube. La primera nos sirve para sentar las bases. Luego, la segunda sirvió para iniciar la discusión sobre el gobierno del diseño BIM.

Hemos intentado mostrar que BIM necesita del gobierno centralizado y coordinado por quien tiene el activo en propiedad, desde principio a fin. Y esos son los promotores privados y públicos. Es indiferente que sea, a la vez, otro de los actores dentro del proceso. La cuestión es reconocer que BIM es más que software.

Esto nos lleva a algo más que 3D y centrarnos más en procesos. La tecnología nos permite eso mismo. Se ha hecho transparente y sólo, “sólo”, hay que buscar el desarrollo de esos procesos.

Antes y después del Diseño BIM

Centrarnos en el IFC, en el Diseño, es un avance particularmente revolucionario. Pero ahora, se queda corto. Por un lado, deja fuera la planificación del portafolio, la medición de oportunidades, proyecciones y el uso final que han de determinar el diseño. La Ejecución y mantenimiento poseen fronteras invisibles con el diseño que hay que romper. En el terreno, al comienzo de todo proyecto, no todos los actores tienen el grado de madurez tecnológica para que el Diseño sea quien gobierne la ejecución y mantenimiento. Alimentar procesos y dejarse guiar por ellos no está tan automatizado como lo está el Diseño.

Inspirarnos en la nube

Los demás sectores hace décadas que han llevado a pie de fábrica del desarrollo tecnológico (ERP), a campañas masivas personalizadas (CRM), a atender al paciente a pie de cama, a distribuir formación y otros servicios en todo el orbe.

Todo parece que depende de tener clara la información, el conocimiento y procesos flexibles pero exigentes. En estos últimos años todo ha podido desarrollarse en modelos de computación en la nube. No hay sector u organización que no vea su futuro dentro de una relación estrecha con servicios en la nube.

Por eso mismo, vamos a ver que nos ofrece la nube, en primer lugar. Tenemos varias capas de servicios a medida y que dependen del grado de interacción con los activos informáticos.

Modelos

Todos los fabricantes de software relacionados con el Diseño BIM han competido por abrirse a los estándares. Al final hablamos de una jerarquía de elementos interdependientes, su definición con respecto a esa jerarquía y los procesos a los que están sometidos. Hacer congruentes nuestros diseños con uno u otro estándar es cuestión de encontrar esas jerarquías y relaciones. Eso significa información y conocimiento aplicado a una norma y no tanto el dominar tal o cual herramienta.

En segundo lugar, este proceso de estandarización de las herramientas, se ha llevado a plataformas en la nube. Esto es para hacer posible la colaboración, coordinación y gobierno de los procesos implicados. Los costes de inversión en activos informáticos serían prohibitivos y, a la vez, la universalización de las comunicaciones móviles, se han conjurado para ello.

Así que nos encontramos con soluciones basadas en la nube a la vez con las limitaciones de origen: compartir activos digitales con una mochila de datos.

No hay una integración por arriba con un portafolio ni por abajo en la ejecución y mantenimiento posterior.

¿Qué faltaría para romper con las limitaciones que hemos visto?

Desarrollar una PMO. Una Oficina de Gestión de Portfolio. Tenemos los procesos del ciclo entero de un activo. Solo tendríamos que elegir que información es relevante para alimentar esos procesos.

Estamos hablando de un SaaS. Una plataforma que sea capaz de diseñar flujos de procesos, gestión documental y validaciones legales. Y, sobre todo, el desarrollo personalizado de todo ello cuando sabemos que la digitalización ya no es un límite.

En esto ChecktoBuild ha mostrado su capacidad de adelantarse a esas fronteras invisibles. Elegir la información relevante en el Diseño, el uso de la digitalización inteligente de imágenes y el desarrollo SaaS. Somos capaces de integrar el valor del activo con su Diseño, los procesos de ejecución, reforma y mantenimiento. Es el primer paso para que un promotor tenga su propio entorno dónde la información relevante es la que se mueve. No necesita saber, por ejemplo, los precios de cada puerta o el tamaño de una viga. Si querrá saber el estado actual de su activo en el agregado de ventanas, vigas o cualquier elemento.